El Mundial llegará a su final este domingo a las 12 horas de Uruguay y dos
selecciones buscarán levantar el más preciado de los trofeos en un partido que
tiene condimentos muy interesantes y que enfrenta equipos que llegaron a su
cita con la gloria por méritos propios, sacando a relucir sus virtudes cuando
más lo necesitaron.
Francia mostró una madurez inesperada para un grupo tan joven, a la vez que
fue pragmática y conocedora siempre de lo qué quería hacer en cada partido y de lo qué debía
hacer ante cada situación para colocarse en la mejor posición para ganar.
Croacia, mientras tanto, fue puro corazón, recuperándose siempre a golpes duros
en cada partido y aún así reponiéndose a ellos para llegar al último partido de
la Copa del Mundo 2018. Es por eso que esto puede ser considerado un choque
entre el calculador juego francés que puso los partidos en una heladera y el
fuego reaccionario croata, dos estilos que definen en cierta forma la cultura y
forma de vivir de cada país y que se trasladan a su fútbol.
Griezmann y Modric son los que mueven los hilos de cada equipo en ataque |
Claramente ninguno ha brillado en demasía, han tenido en sus arqueros a dos piezas fundamentales y no han sido equipos vistosos aunque
sí han conseguido hacer su trabajo para solventar cada escollo, sobre todo del
lado francés donde se vio un equipo versátil y que se adapta perfectamente a
cada situación a pesar de mantener un 11 inicial intocable. Ante Argentina tuvo
que atacar con velocidad, ante Uruguay manejar el partido con paciencia, y ante
Bélgica ser lo más pragmático posible para limitar el juego del rival. Y en
cada ocasión hizo lo que tenía que hacer de forma perfecta, evitando
sufrimiento, manteniendo a sus jugadores frescos físicamente y con confianza en
que su entrenador sabe muy bien lo que está haciendo.
Por el contrario, Croacia ha sido intermitente, jugando excelente por
momentos y de forma apática por otros, sufriendo más de lo debido en cada
partido y consiguiendo victorias más por el corazón de sus jugadores que por el
planteo del entrenador. La victoria ante Argentina elevó el estatus del equipo
y la forma en que lo consiguió terminó jugándole en contra para la fase final,
con Dinamarca y Rusia optando por un planteo conservador para exponer las
carencias del equipo. Y ante Inglaterra se vio un equipo perdido en el
primer tiempo pero que supo reagruparse, ordenar las ideas y superar a su rival en
el juego para obtener la victoria.
Kanté se ha consagrado como el mejor recuperador del mundo y su rol en el partido será clave |
Es muy probable que los dos equipos repitan alineaciones con respecto a las
semifinales, ambos jugando con un 4-2-3-1 en papel que es un 4-3-3 en la
cancha, aunque las ideas por detrás de uno y otro planteo son distintas. Francia
prefiere contragolpear y atacar con espacios para explotar la velocidad de
Mbappé, basando su juego en una defensa que ha estado excelente a lo largo del
torneo y que se ve apoyada de forma extraordinaria por el mediocampo que
componen Kanté, Pogba y Matuidi. El primero cubre, recupera, se desdobla para
aparecer por toda la cancha y entregar el balón al segundo que es el que lidera
los ataques desde su propio campo, ya sea trasladando o con envíos largos a sus
delanteros, mientras que el tercero recorre el sector izquierdo ayudando en la
presión y en la recuperación para salir rápido por ese sector. El entendimiento
de los tres ha sido clave para que Francia pueda dominar cada partido, ya sea
defendiendo o controlando el balón y su dominio físico podría ofrecer problemas
para el centro del campo croata.
Croacia tendrá a Brozovic como jugador recuperador y el que cubre las
espaldas de las dos estrellas, Modric y Rakitic, que son los encargados de
mover los hilos del equipo. Al jugador del Barcelona se le vio presionando
mucho más arriba ante Inglaterra, pero fue cuando consiguió el balón en
posiciones más retrasadas cuando Croacia consiguió hacerse con el mando del
juego. Una vez hecho esto, Modric tuvo más libertad de movimientos y cuajó una
nueva actuación memorable. Si ambos pueden imponer su juego, librarse de la
marca rival y encontrar a sus laterales y punteros con espacios, el equipo
balcánico tendrá más chances de ganar. Porque una de las claves de este partido
estará en los costados, sobre todo el lado derecho del ataque francés donde
Mbappé es una amenaza atacando pero cuyo compromiso defensivo es menor. Por ese
sector se mueve Perisic, un hombre que demostró ante los ingleses que si se le
da espacio puede ser letal, además de que Rakitic se para por ese lado y si no
hay suficiente apoyo, por más que Strinic no suba tanto, Croacia podrá generar
superioridad en ese sector, sobrecargar a Pavard y desarticular el entramado
defensivo francés.
La presencia de Perisic por izquierda puede suponer un dolor de cabeza para Francia |
Por el contrario, en izquierda la presencia de Matuidi y Griezmann otorga
más balance, y si bien Vrsaljko ataca más por el lateral derecho, Croacia ha
cargado más su juego por el sector zurdo. De cualquier forma, Francia deberá
tener cuidado con no dar mucho tiempo al jugador del Atlético Madrid porque sus
envíos son peligrosos y Mandzukic puede sacar rédito de los mismos con su juego
aéreo. Es por estas amenazas que Deschamps no debería plantear un partido de
contragolpe, ya que si se le da tiempo Croacia puede elaborar jugadas y mover
muy bien el balón de un lado al otro para encontrar el hueco, además de contar
con extremos muy directos y movedizos que pueden dar más de un dolor de cabeza.
Para minimizar estos daños, Francia tiene que intentar recuperar la pelota en
la mitad, buscar el hueco que queda entre Brozovic y los volantes ofensivos,
explotarlo con las trepadas de Pogba y, sobre todo los movimientos de Griezmann, quien ha ido de menos a más en el torneo y se ido haciendo el conductor del equipo. Si tiene tiempo suficiente podrá encarar dominando el balón para ponerse en situación de remate, o
encontrar a Mbappé en carrera que es cuando se vuelve más peligroso, ya que cuando recibe de espaldas pierde su explosividad. Es ahí donde el juego de Giroud es clave, ya que
puede aguantar de espalda al arco, fijar a los centrales (principalmente a
Lovren) y habilitar al joven del PSG que tiene una clara ventaja de velocidad
ante una zaga croata que sufrió a Sterling en la semifinal cuando éste pudo
encararlos de frente, y que tendrá más problemas aún ante el delantero francés.
Probables 11 de cada equipo en los que no se esperan cambios |
Será sin dudas una final muy interesante, con todos los ingredientes que un
partido decisivo trae y que siempre juegan su rol. Croacia ha demostrado que
sabe recuperarse de golpes (empezó perdiendo los tres partidos eliminatorios),
juega sabiendo que no tiene nada que perder y con un convencimiento muy fuerte.
Ese factor mental estará del lado croata ante una Francia que ha mostrado
resiliencia pero que no ha tenido que enfrentar ningún momento real de
sobresalto, salvo el 1-2 ante Argentina pero que tampoco duró demasiado. Se
sabe que Croacia no bajará los brazos, pero no sabemos si Francia lo hará en
caso de verse frustrada. Sí se ha visto un equipo mucho más serio y maduro de
lo que se esperaba a priori. Son favoritos, lo han sido en cada partido, y lo
han plasmado en el campo. Deberán hacerlo una vez más para igualar lo hecho por
su entrenador en 1998 y levantar la Copa del Mundo. La resistencia y el
convencimiento croata estarán en su camino deseosos de tomarse revancha de la
derrota sufrida en las semifinales 20 años atrás.