domingo, 24 de mayo de 2015

20 AÑOS NO ES NADA?



Hoy, 24 de mayo de 2015, se cumplen 20 años del último título de Champions League del Ajax. Aquella final, el 1-0 ante el Milan en el Ernst Happel de Viena, tiene un sitio memorable en el recuerdo de todos aquelos que crecimos y vivimos el fútbol de la década de los 90.

Sólo con repasar las alineaciones vemos dos equipos extraordinarios, con jugadores que han pasado a ser leyendas del deporte rey:


Por un lado, jugadores como Maldini, Baresi, Costacurta, Desailly, Boban, y Donadoni; y por el otro los de Boer, Van der Sar, Rijkaard, Seedorf, Davids, Overmars, Kanu o Kluivert, marcan lo competitivos que eran ambos equipos y también el interesante choque de estilos entre el juego ofensivo de Van Gaal y el defensivo de Capello.

Pero más allá de eso, lo que claramente llama la atención son las banderitas de los jugadores. Solo tres por plantel eran extranjeros. Comparar eso con la última final y la diferencia es abismal:


Entre los dos equipos madrileños, 17 jugadores (16 si se considera que técnicamente Costa es brasileño) de 36 (o de 38 si se suman a los dos entrenadores) eran españoles. Eso es menos de la mitad.

Esto marca una diferencia muy importante con lo que era el fútbol hace 20 años y lo que es el fútbol ahora, o por qué ahora Ajax apenas puede competir en Europa cuando hace dos décadas levantaba el trofeo de clubes más importante del mundo, o también por qué de las 10 ediciones del Mundial de Clubes, siete fueron ganadas por equipos europeos, cuando la Intercontinental terminó con 22 victorias americanas contra 21 del viejo continente.

Fue precisamente ésta final la última antes de la famosa Ley de Bosman. Jean-Marc Bosman, belga él, era un jugador del RFC Liege cuyo contrato venció en 1990 y quiso irse al Dunkerque francés. El Dunkerque, sin embargo, se negó a pagar lo que el Liege pedía por él, por lo que la transferencia se cayó. Esto se debía a que, según la reglamentación de FIFA, de la UEFA y de la Federación Belga (KBVB), un profesional nacional de un Estado Miembro de la Unión Europea no podía, al momento del vencimiento de su contrato, ser empleado por un club de otro Estado Miembro a menos que éste último pague al club original un monto determinado por la transferencia.

Como ya no era un jugador del primer equipo, el salario de Jean-Marc disminuyó considerablemente, por lo que decidió llevar su caso a la Corte Europea de Justicia y demandar a la FIFA, UEFA, y a la KBVB, ya que el artículo 17 de la FIFA (y tal como falló la Corte el 17 de diciembre de 1995), restringía el libre movimiento de los trabajadores.

La decisión cambió la historia del fútbol para siempre, ya que no sólo permitió el libre movimiento de jugadores con ciudadanía europea entre los países miembros una vez finalizados sus contratos, sino que también quitó los límites del número máximo de jugadores profesionales nacionales de otros Estados Miembros permitidos en partidos organizados por asociaciones deportivas europeas.

Si el primer fallo que permitió que los jugadores europeos que quedaron libres de sus clubes pudieran elegir cualquier país de le Unión Europea para jugar, cambió las cosas para los jugadores, el segundo cambió las cosas para los clubes de forma drástica, ya que ahora no tenían límite de extranjeros para sus alineaciones. Y por más que todavía existen cuotas, éstas rigen únicamente para jugadores No Europeos, permitiendo la alineación de cualquier jugador con ciudadanía europea sin ningún tipo de restricciones.


En 1996, Edgar Davis se convirtió en el primer jugador de renombre en beneficiarse de la Ley Bosman, siendo transferido al finalizar su contrato con Ajax, precisamente a quién enfrentó en la final de Viena, al Milan y de forma gratuita. Ajax volvió a la final en esa temporada 95-96, donde todavía se mantenía la restricción de tres jugadores extranjeros por equipos, cayendo por penales ante la Juventus de Peruzzi, Ferrara, Conte, Deschamps, Ravanelli, Vialli, Del Piero y Marcello Lippi.


Fue la última gran aventura del Ajax y la última generación en llevar a un equipo holandés a lo más alto. La débil competencia de la Eredivisie, sumada a un mercado menor de televisión y merchandising, y al nuevo auge económico del fútbol en el resto de Europa, llevó a que los grandes talentos holandeses comenzaran a salir cada vez más jóvenes del país en búsqueda de mayores salarios y mayor exposición. Lo mismo comenzó a suceder en otras ligas de menor competitividad, que vieron como sus mejores jugadores eran atraídos por los altos salarios y la mayor competencia de ligas más fuertes como la española, italiana e inglesa.


En la siguiente edición de la Champions, la Juventus volvió a la final (que perdió ante el Borussia Dortmund) ésta vez jugando con cinco jugadores extranjeros en el once inicial. A partir de ahí, el cambio fue mayúsculo en todo sentido, y cada vez más los equipos poderosos economicamente tenían en sus filas a los mejores jugadores, debilitando a las ligas menores a las que cada vez les cuesta más atraer buenos talentos y perdiendo los suyos a más temprana edad, aunemtando más y más la diferencia como se ve hoy en día.

Lejos quedan las épocas en las que el Malmo sueco, el Estrella Roja serbio o el Steaua Bucarest rumano podían, no solo competir, sino también ganar grandes títulos europeos. Después del Ajax, todos los campeones de la Champions vinieron de las cuatro grandes ligas, salvo el Porto en 2004, que de la mano de Mourinho y con un plantel puramente portugués (que fue desmantelado casi en su totalidad tras ese logro), pudo cortar la hegemonía española, italiana, inglesa y alemana.

Valía la pena recordar en este aniversario de la quinta corona europea del Ajax, a ese gran equipo, y darnos cuenta lo que ha cambiado el fútbol desde esa época, que ha dejado de ser una competencia deportiva entre clubes, a una carrera económica entre empresas que buscan lucrar a través del deporte. "Que veinte años no es nada" dice el tango, pero estos últimos veinte años sí que han visto cambiar al fútbol en su totalidad.