En realidad me parece complicado encarar un artículo con todo lo que hay para comentar. Mucho se ha hablado este fin de semana con lo que ha ocurrido en los cuartos de final de la Copa América, donde los que a priori eran candidatos perdieron y en partidos donde el que propuso, llegó más y buscó más conseguir el triunfo, sufrieron la eliminación. Pero también hay que destacar que salvo Perú, donde Markarian no hace tanto que está al mando de la selección, los equipos con procesos más largos fueron los vencedores. Tanto Uruguay, Paraguay y Venezuela llegan a semifinales con cuerpos técnicos que hace un tiempo importante que están al mando de cada equipo. Por lo tanto, en mi opinión, en esta Copa estamos viendo que los procesos triunfan, que los cambios seguidos de entrenador son negativos y que las federaciones tienen la responsabilidad de darle confianza a los entrenadores que por algo contrataron.
También es una confirmación de que el continente está atravezando una época de pariedad inédita. El número de empates (10 en total) da las claras que para ganar un partido hay que transpirar mucho la camiseta. En una época estabamos acostumbrados a ver a Argentina y Brasil un escalón por delante de los demás y a Venezuela y Bolivia claramente debajo, siendo considerados los rivales fáciles. Mientras Bolivia sigue envuelto en una crisis importante -de todas formas le empató a Argentina-, Venezuela ha dado un salto en estos últimos 8 o 10 años más grande que ninguna otra selección, no ya en América, en el mundo. Lo cual hace que ya no existan favoritos reales, que cualquiera le pueda ganar a cualquiera y que las próximas eliminatorias cuenten con unos signos de interrogación gigantes.
Otra de las cosas que uno puede ver es que en esta edición, el ser defensivo o "ratón" como diría Markarián, terminó dando resultados. Es algo totalmente lícito y está perfecto que se haga. Este es un juego donde uno quiere ganar, y si se gana por penales o de suerte o por cualquier otra razón, uno va a estar contento. No imagino a nadie estando furioso porque Uruguay ganó jugando más defensivamente que Argentina. Si uno juega así y pierde, bueno, quizás las críticas aparecerían. Es lo bueno de ganar. Que la gente neutral prefiera ver un espectáculo mejor es cierto, quizás todos quisieramos ganar jugando bonito y entretenido, pero si no tenés los intérpretes para hacerlo, es muy complicado. Por eso es que uno apoya las palabras del DT peruano, que se cansó de que lo tilden de entrenador amarrete y manifestó que es muy fácil ser ofensivo cuando se tienen los jugadores que se tienen. Si el Barcelona fuera defensivo todos estaríamos criticando eso, de la forma en que se criticó el juego del Madrid de Mourinho o del Inter cuando salió campeón. Pero si un entrenador piensa que esa es la mejor manera de conseguir un objetivo, entonces que lo aplique y si le sale bien está en todo su derecho de festejar ese logro. Además parece muy fácil defender, pero porqué Argentina lo hizo mal? Se necesita trabajo y el trabajo termina siendo recompensado. La suerte también ayuda, eso está claro y quedó claro.
Por último, hay que ser honestos y decir que estos cuatro triunfos tuvieron también mucha dosis de suerte. Que se estaría diciendo si Falcao no erraba el penal o el tiro al palo de Dayro Moreno entraba. Todos alabando el gran planteo y las individualidades de Colombia. O si Muslera no hubiera tenido los reflejos que tuvo durante los 120 y atajando ese penal a Tevez. Todos diciendo lo bien que juega Messi y como se recompuso la Argentina y que va a salir campeón. O si Brasil hubiera metido una de las infinitas chances que tuvo, mismo si Villar no tuviera testículos y el tiro de Lucio hubiera entrado. Todos diciendo que Brasil va a ser campeón y que Neymar vale 80 millonres de euros. O si el palo no hubiera salvado a Venezuela en un par de oportunidades. Todos diciendo que Chile es el próximo campeón, que juega como nadie y que Sánchez es el próximo Messi.
Bueno nada de eso pasó y es lo lindo del fútbol. En un segundo todo puede cambiar y los mínimos detalles hacen de un partido una cosa y si hubiran sido distintos ese partido sería totalmente diferente. Y por eso es tan apasionante, tan increíble y por eso es el deporte Rey. No solo porque cualquiera le puede ganar a cualquiera, no solo porque paraliza a países enteros durante 90 o 120 minutos, no solo porque le da alegría y tristezas a la gente, ni porque nos da para hablar largo y tendido sobre lo mismo. Nos gusta porque es simple: el que mete más goles gana.
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