Se retira uno de los jugadores más queridos del circuito del tenis y uno de mis jugadores favoritos. Fernando González, el Bombardero de La Reina, Gonzo, Feña, Mano de Piedra, se va del tenis a los 31 años con una carrera que todo tenista desearía tener: triple medallista olímpico, finalista de Grand Slam y Top 5 del mundo, el chileno sin dudas se puede ir contento por lo que hizo en el tenis.
Se irá luego del ATP 1000 de Miami, jugando antes en Brasil y Buenos Aires y dejando los últimos bombazos que salen de esa derecha, sin dudas la más poderosa del circuito y una de las mejores. Todos le temían y él lo sabía, por eso se invertía tanto. Y con la potencia que sacaba ese brazo era imposible traerla de vuelta. Su revés quizás no era del todo bueno, lo "chipeaba" mucho, cortándolo con slice, pero cuando metía un planazo de revés paralelo agarrate porque te sacaba la raqueta de las manos tal como si de una derecha se tratara. Su saque era efectivo, capaz de hacer aces en cantidad aunque nunca fue del todo regular. Gran movilidad, quizás su principal defecto venía en las situaciones extremas, cuando más tenía que forzar sus golpes. Allí, como suele sucederle a todos, el pulso no es el mismo y si se tiene tanta potencia hay una potencial fórmula para el fracaso. Pero aún así, en un deporte que se vuelve cada vez más defensivo y físico, él le seguía pegando, dándole palazos tremendos y buscando el winner.
Su estilo de juego, su simpleza como persona y su irascibilidad "le sirvieron" para tomar el relevo de Marat Safin entre mis jugadores favoritos. Está claro que a uno le gusta Federer, Nadal y Djokovic, pero esos no son de este mundo. De los terrícolas siempre me gusta elegir esos desfatachados que se la juegan, que no especulan y van a por todas. Y con carisma, obviamente. Y si rompen un par de raquetas, mejor. Fernando era eso, pura potencia sí, pero con puntos como estos uno no puede dejar de admirarlo.
Gonzo transmitía todo eso y por lo tanto se le va a extrañar. Hoy, 9 de febrero de 2011, anunció su retiro, entre lágrimas. Pero para aquellos que nos gusta el tenis, nunca se va a ir del todo porque derechas como la de él rara vez se volverán a ver. Y en Chile nunca se olvidarán de sus tres medallas, el oro en dobles y el bronce en singles en 2004 y la plata en singles en 2008, ni como se ganó a fuerza de bombazos su puesto en la final del Australian Open 2007, sucumbiendo ante Su Majestad Roger Federer. Pero lo único que le derrotó fueron las lesiones. Su propio cuerpo no podía soportar tanta potencia y le falló en repetidas ocaciones. Muchos intentos de volver y muchas frustraciones terminaron llevandole a colgar la raqueta.
Desde este pequeño lugar de la web, quería dedicarle mi agradecimiento a Fernando por las alegrías, por su tenis y desearle que el próximo camino que tome sea tan o más exitoso que estos 13 años de profesionalismo en el tenis.
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